Hoy, recogiendo mi habitación con mi padre para hacer sitio a mi prima, que va a vivir aquí este año mientras yo estoy en Rusia, hemos encontrado una nota bastante interesante.
Debí de escribirle esa nota a mi padre cuando tenía unos 17 años, osea, hace eones, y como no se me ocurre cómo describir este tipo de correspondencia lamentablemente frecuente entre nosotros, voy a limitarme a dejarla aquí transcrita para la posterioridad antes de tirarla:
(Cara A. Escrito por mí): Aita, se me ha olvidado decirte lo del párpado, que sigue doliéndome mucho cuando me estiro y me entra la paranoia porque no me veo nada y no sé qué es... así que me da por pensar que es un cáncer o algo así... I´m worried! Dime algo por la mañana que se me va a olvidar preguntarte. Inés.
(Cara B. Respuesta de mi padre): Lo más probable es que sea un DOBLE CÁNCER, de párpado y de retromengualde. Si por casualidad sigues viva por la tarde, puedes ir a ver al Doctor Zabala. A la noche me lo cuentas (en sesión espiritista, quizás).
1 comentario:
jaja, que grande es tu aita.
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