FRANK: Vivo con una chica. Ex alumna. Es muy cariñosa, muy tolerante, me admira muchísimo y pasa un montón de tiempo metiendo la cabeza en el horno.
RITA: ¿Intenta suicidarse?
FRANK: ¿Eh? No, es que le gusta mirar cómo se hace la ratatouille.
RITA: ¿La qué?
FRANK: La ratatouille. Aunque Julia la ha renombrado “el plato de las ausencias”. Puede pasarse varios días haciéndose en el horno. En nuestra casa a veces no le queda otra opción.
RITA: ¿Te ausentas varios días?
FRANK: Ocasionalmente. Y ése es el fin de…
RITA: ¿Por qué lo haces?
FRANK: Y ése es el fin de la conversación.
RITA: Si fueras mío y te ausentaras varios días no volverías a entrar.
FRANK: Ay, Rita, pero si fuera tuyo, ¿crees que me ausentaría varios días?
(Extracto traducido de la obra de teatro Educating Rita, de Willy Russell).
Siempre he odiado a los hombres que descuidan a sus mujeres, más aún a los que les son infieles, el maltrato es ya otra esfera de ruindad. Sin embargo, este texto refleja algo que va más allá del enfoque tradicional del asunto. Algo muy frecuente que demuestra que no necesariamente esa actitud es inherente al hombre, sino que depende también de la mujer. Para ponernos en contexto, tanto Julia como Frank son dos personas cultas y económicamente independientes. Y mi primera pregunta es: ¿de quién es la culpa de las ausencias de Frank? Él desde luego tiene parte de culpa, pero tal y como dice él, ¿se ausentaría si viviera con Rita? ¿No será que Julia debería pasar menos tiempo con la cabeza metida en el horno y más siendo una verdadera mujer?
Aquí alguien podría saltarme a la yugular. "¡Las mujeres no están para servir a los hombres y hacer lo que a ellos les guste!" Pues claro. Pero un hombre espera de su mujer una buena compañera, con muchas buenas cualidades: belleza, inteligencia, humor. Y desde luego las mujeres no deberíamos conformarnos con menos. Tal y como dice Rita, yo no voy a aguantar a un hombre que se cree que puede desaparecer sin más. He ahí la culpa de Julia, que hace ratatouille y se queja en vez de intentar cambiar la situación, o dejarle si cree que es injusto. ¿No es ella acaso una mujer libre? Pero sigue ahí, y eso es lo que hacen muchas mujeres, y nosotras valemos más que eso, joder.
He comenzado esta entrada sin saber muy bien lo que quería comunicar, pero creo que pretendo dar un mensaje de crítica y de apoyo a las mujeres: lo primero es que los hombres son bastante sencillos, quieren una mujer guapa e inteligente que les quiera, y por dárselo no vamos a ser menos, porque debemos exigir lo mismo a cambio; lo contrario lleva a la situación de Julia y Frank. Y lo segundo es que vivimos en un momento en el que afortunadamente no dependemos de los hombres. Si efectivamente no es nuestra culpa que nuestro novio/marido/llámaloX sea un puerco egoísta y ciego, ¿qué diablos nos ata a su triste existencia?
RITA: ¿Intenta suicidarse?
FRANK: ¿Eh? No, es que le gusta mirar cómo se hace la ratatouille.
RITA: ¿La qué?
FRANK: La ratatouille. Aunque Julia la ha renombrado “el plato de las ausencias”. Puede pasarse varios días haciéndose en el horno. En nuestra casa a veces no le queda otra opción.
RITA: ¿Te ausentas varios días?
FRANK: Ocasionalmente. Y ése es el fin de…
RITA: ¿Por qué lo haces?
FRANK: Y ése es el fin de la conversación.
RITA: Si fueras mío y te ausentaras varios días no volverías a entrar.
FRANK: Ay, Rita, pero si fuera tuyo, ¿crees que me ausentaría varios días?
(Extracto traducido de la obra de teatro Educating Rita, de Willy Russell).
Siempre he odiado a los hombres que descuidan a sus mujeres, más aún a los que les son infieles, el maltrato es ya otra esfera de ruindad. Sin embargo, este texto refleja algo que va más allá del enfoque tradicional del asunto. Algo muy frecuente que demuestra que no necesariamente esa actitud es inherente al hombre, sino que depende también de la mujer. Para ponernos en contexto, tanto Julia como Frank son dos personas cultas y económicamente independientes. Y mi primera pregunta es: ¿de quién es la culpa de las ausencias de Frank? Él desde luego tiene parte de culpa, pero tal y como dice él, ¿se ausentaría si viviera con Rita? ¿No será que Julia debería pasar menos tiempo con la cabeza metida en el horno y más siendo una verdadera mujer?
Aquí alguien podría saltarme a la yugular. "¡Las mujeres no están para servir a los hombres y hacer lo que a ellos les guste!" Pues claro. Pero un hombre espera de su mujer una buena compañera, con muchas buenas cualidades: belleza, inteligencia, humor. Y desde luego las mujeres no deberíamos conformarnos con menos. Tal y como dice Rita, yo no voy a aguantar a un hombre que se cree que puede desaparecer sin más. He ahí la culpa de Julia, que hace ratatouille y se queja en vez de intentar cambiar la situación, o dejarle si cree que es injusto. ¿No es ella acaso una mujer libre? Pero sigue ahí, y eso es lo que hacen muchas mujeres, y nosotras valemos más que eso, joder.
He comenzado esta entrada sin saber muy bien lo que quería comunicar, pero creo que pretendo dar un mensaje de crítica y de apoyo a las mujeres: lo primero es que los hombres son bastante sencillos, quieren una mujer guapa e inteligente que les quiera, y por dárselo no vamos a ser menos, porque debemos exigir lo mismo a cambio; lo contrario lleva a la situación de Julia y Frank. Y lo segundo es que vivimos en un momento en el que afortunadamente no dependemos de los hombres. Si efectivamente no es nuestra culpa que nuestro novio/marido/llámaloX sea un puerco egoísta y ciego, ¿qué diablos nos ata a su triste existencia?
7 comentarios:
bravo!
vero
Gracias vero, quienquiera que seas! :)
Que fuerte que no me reconozcas despues de tanto tiempo juntas!ajaja soy vero, que empezamos hablando con lo de la protectora y tu aita es mi jefazo jaja oye ya va siendo hora de conocernos no? Hasta tu hermana se deja ver el pelo por alli! Un beso, me encanta tu blog!
Ey tía qué ilu!!! Te juro que pensaba que mi blog no lo leía ni Dios, me alegro de que le guste al menos a una persona. Jo por supuesto que me acuerdo de ti, si le suelo preguntar a mi aita por ti, pero no pensaba que se te ocurriera leer mi blog jajaja. Oye pues sí hay que quedar un día. He estado muy liada pero te prometo que un viernes de mayo voy, vale???
bueno,lo apunto e? pues la verdad esq no mea cuerdo como di con el, creo q de lo q sale en hotmail de las redes esas pero...oye q productiva eres, ya me gustaria escribir como tu,q pasada! bueno wapa disfruta de las vacatas ,yo tengoq ir al labo jajaja malditas celulas xo ala playita el resto del tiempo muaka!
Pues creo que tienes razón, y desde luego hay que repartir las culpas, ¿no? Me parece que lo que en ocasiones ata a ciertas personas a sus cónyuges (sean ambas partes del sexo que sean) es un cierto grado de victimismo. Vamos, que hay gente que prefiere regodearse en la absurdez de su existencia porque cortar la cuerda y tirarse de cabeza a lo desconocido requiere un par de huevos. A veces, ya se sabe: "Más vale malo conocido, que bueno por conocer".
¡Por cierto, que esa obra tiene buena pinta!
La obra está muy bien, Paula, te la recomiendo. Creo que tienes razón, hay gente que simplemente no aspira a más, algunos no tienen huevos para dar el paso o creen que no están destinados a más... pero eso es lo que tiene que cambiar! ;)
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